Descripción
Hojas: Las hojas de la Zamioculcas son gruesas, brillantes y de color verde oscuro. Crecen en tallos gruesos y pueden tener entre 30 y 60 cm de largo. Son conocidas por su resistencia y su capacidad para almacenar agua, lo que las hace adecuadas para entornos interiores con poca humedad.
Tamaño: Las Zamioculcas son plantas de tamaño mediano que crecen lentamente. Son perfectas para espacios interiores donde no hay mucho espacio para que crezcan grandes plantas.
Luz: Prefieren la luz indirecta brillante, pero también pueden tolerar niveles más bajos de luz. Evita la luz solar directa, ya que puede quemar las hojas.
Temperatura: Prefieren temperaturas cálidas y estables. Son sensibles al frío, así que mantén la temperatura de tu hogar por encima de los 10-15 °C durante el invierno.
Humedad: Las Zamioculcas son resistentes a la sequía y pueden tolerar niveles bajos de humedad. No necesitan ser rociadas regularmente, pero apreciarán un poco de humedad en el aire.
Suelo: Utiliza un suelo bien drenado y ligero. Una mezcla de tierra para macetas con perlita o musgo sphagnum para mejorar el drenaje es ideal.
Riego: Las Zamioculcas son plantas que almacenan agua en sus tallos y raíces, por lo que son tolerantes a la sequía. Riégalas solo cuando el suelo esté completamente seco. Demasiada agua puede provocar la pudrición de las raíces.
Fertilización: Aliméntalas con un fertilizante líquido equilibrado diluido una vez al mes durante la primavera y el verano. No es necesario fertilizarlas en otoño e invierno.
Poda: Recorta las hojas amarillas o dañadas según sea necesario para mantener la planta con un aspecto limpio y saludable.
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